No recomiendo prohibir o limitar de manera excesiva el tiempo que sus hijos pasan como soldados virtuales, jugando a la guerra con sus compañeros o, vía Internet, contra adolescentes de todo el mundo. En vez de manu militari, mi sugerencia es que vean y comenten en familia, con el mínimo de distracciones, la película “Jhonny Cogió su Fusil”. Les garantizo que luego del cine forum verán espontáneamente surgir: a) un acuerdo consensuado sobre las horas máximas que dedicarán a estos videojuegos y b) un juramento colectivo de oponerse, y desobedecer si se convierte en ley, a medidas para imponer un servicio militar obligatorio.


La Clave Morse, que aprendió cuando niño, le permitió comunicar a los jefes militares su deseo final de que, como en los circos, lo exhibieran por todo el mundo para que se conociera la crueldad de las guerras. En la respuesta de los oficiales y el mensaje final del maltrecho soldado encontrará la razón del entusiasmo con que los movimientos pacifistas recibieron esta novela, en los años 40, y la película, en los 70. Sin duda también inspiró las protestas estudiantiles y civiles que influyeron para terminar con el odioso draft o servicio militar obligatorio por sorteo. Extraña lotería en que la suerte de ser seleccionado para ser carne de cañón, en Vietnam y otros conflictos bélicos de esos turbulentos años, tocaba a los más pobres.
Convencida la familia del horror de la guerra real y unida en responder con un NO contundente, sin admisión de excusas o situaciones atenuantes, al gobierno que requiera su apoyo, no hay que temer a las cintas de combates virtuales. Más bien, comparta con sus hijos, por un rato, esta diversión, como espectador o con su propio control.
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