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Bachiller Loyola (1974), Economia (Unphu,1980-Ms Ohio State,1989), Derecho (UTE, 2018). Experiencia laboral en bancos múltiples (BHD, Reservas, Global, Activo); Entidades Reguladoras (Banco Central, Superintendencia de Valores); Consultor, investigador y editor económico en entidades públicas, asociaciones empresariales y centros de investigación (Ministerio de Hacienda, Dirección General Crédito Público, Ministerio Relaciones Exteriores, ANJE, UNE y Fundación Economía y Desarrollo; Articulista prensa nacional (Hoy, El Siglo, Listín Diario y Acento).

domingo, 2 de octubre de 2011

Salarios Policias, Médicos y Maestros

La discusión pública sobre el nivel adecuado de remuneración para realizar un trabajo sólo ocurre en el sector gubernamental de la economía.  A diferencia de policías, profesores, enfermeras u otros empleados públicos, la cajera de un supermercado o entidad financiera no puede usar su salario como excusa por su mal servicio.  Tampoco esperar un aumento para empezar a sonreir a los clientes, cuadrar bien la caja, dar la devuelta exacta y cumplir religiosamente el horario.  El cajero del Pola sabe que si actúa en el marco de esa lógica absurda,  dura en el puesto menos que un dos por uno de jumbos o sirenas en un boca chica dominical.  El del Popular entiende que aunque en eficiencia es un león, hay poco progreso salarial en otros bancos porque pagan más o menos lo mismo en esa posición, ninguno se reserva un fallo de despido por descuadre,  y, por desgracia, todos siguen la injusta norma de que el cliente siempre tiene la razón.


Mejorar su nivel de vida lo obliga a cumplir las responsabilidades del puesto, seguir preparándose para ascender a posiciones de más importancia en el área o en otras donde adquiera competencia.  Imposible la omnipresencia que permite, al mismo tiempo, estar operando en un hospital y atender el consultorio, patrullar la autopista y taxear una ruta o enseñar matemáticas en la escuela y  llenar papeles para el consulado.  No, señor. Es con los  ramos o con los cuesta; los grullón o los leon. Finalmente, por delitos que cometa, por su cuenta o en complicidad con terceros, perderá el puesto y, aunque se salve de ser perseguido judicialmente, ingresará a una lista negra que le impedirá trabajar en el sector bancario o en posiciones similares en empresas de otra naturaleza que investiguen sus referencias.     

Nada de esto ocurre en el funcionamiento de las entidades que proveen bienes y servicios públicos, como norma vía monopolios donde el usuario no tiene poder real de influir en la calidad del servicio . Ningún gestor con clientes cautivos, indefensos y temerosos, en los casos que involucra seguridad pública, apoyará reformas que varíen esa estructura de poder.  Enfocarse en el nivel salarial es una pérdida de tiempo.    


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